jueves, 9 de octubre de 2008

SÚPLICA PARA LA IGLESIA MILITANTE


¿Es que perdió su rumbo
la nave de la Iglesia? ¿Es que a porfía
se nos ha puesto a andar de tumbo en tumbo
ebria y alzada la marinería?

¿Qué fue de la pasada
misión de iluminar la mar ignota?
¿Quién le dejó, Señor, así trocada,
su derrota en derrota?

¿Qué viento amotinado
rasgó sus velas y quebró su quilla
y la azotó sobre el acantilado
lejos de Ti, mi Dios y de Tu orilla?

¿Qué capitán, Señor, adormecido,
por culpa y obra de la democracia
le quitó su vigor y su sentido
y la gracia velera de Tu Gracia?

Todavía esperamos que en tu pía
solicitud nos salves del naufragio.
El diablo nos acecha día a día
¡escúchanos, Señor, nuestro sufragio!

¡Y que Santa María,
Nuestra Señora, la Corredentora,
si fuera necesario,
nos tienda nueva vez en esta hora
el Santo salvavidas del Rosario!

Ignacio B. Anzoátegui

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