martes, 30 de septiembre de 2008

«Viva Cristo Rey»



Un grito de guerra se escucha
en la faz de la tierra y en todo lugar.
los prestos guerreros
empuñan su espada y se enlistan para pelear
Para eso han sido entrenados
defenderán la Verdad
y no les será arrebatado
el fuego que en su sangre está

Viva Cristo Rey, Viva Cristo Rey
el grito de guerra que enciende la tierra
Viva Cristo Rey
nuestro soberano Señor
nuestro Capitán y campeón
pelear por Él, es todo un honor

Sabemos que esta batalla no es fácil
y muchos se acobardarán
y bajo los dardos de nuestro enemigo
sin duda perecerán
Yo tendré mi Espada en alto
como la usa mi Señor
a Él nada lo ha derrotado
Su fuerza es la de Dios

Viva Cristo Rey, Viva Cristo Rey
el grito de guerra que enciende la tierra
Viva Cristo Rey
nuestro soberano Señor
nuestro Capitán y campeón
pelear por Él, es todo un honor

No conocemos mayor alegría
no existe más honroso afán
que con mis hermanos estar en la línea
y juntos la vida entregar
a Él que merece la gloria
y nos recluto por amor
ante Él la rodilla se dobla
y se postra el corazón.

Viva Cristo Rey, Viva Cristo Rey
el grito de guerra que enciende la tierra
Viva Cristo Rey
nuestro soberano Señor
nuestro Capitán y campeón
pelear por Él, es todo un honor

lunes, 29 de septiembre de 2008

Militar en la la Viña del Señor

La recompensa del cristiano en la tierra: ser obrero del Señor, explica el Papa

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 21 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- Para el cristiano ser obrero en la viña del Señor es ya una recompensa en esta tierra, considera Benedicto XVI.

Al rezar este domingo a mediodía el Ángelus, comentó el pasaje evangélico de la liturgia del domingo, en el que Cristo narra la parábola del dueño de la viña que llama a obreros a diferentes horas del día, ofreciendo a todos el mismo salario independientemente de las horas de trabajo.

Al dirigirse a los miles de peregrinos congregados en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo, recordó las primeras palabras que pronunció como obispo de Roma el 19 de abril de 2005: "Después del gran Papa Juan Pablo II, los cardenales me han elegido, a mí, un sencillo y humilde obrero de la viña del Señor".

Explicando las conclusiones que los cristianos pueden sacar de este Evangelio, Benedicto XVI explicó que Dios "no tolera, por así decir, el desempleo: quiere que todos trabajen en su viña".

"Y, en realidad, el ser llamados es ya la primera recompensa: poder trabajar en la viña del Señor, ponerse a su servicio, colaborar en su obra, constituye en sí un premio inestimable, que recompensa de todo cansancio".

Esto, añadió, "lo comprende sólo quien ama al Señor y a su Reino; quien, por el contrario, sólo trabaja por el salario nunca se dará cuenta del valor de este tesoro inestimable".

La lógica de Dios, dijo, "es diferente a la del mundo". Y citando la primera lectura de la liturgia dominical tomada del profeta Isaías, añadió: "No son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos".

El Papa puso como ejemplo a san Pablo, de quien la Iglesia está celebrando los dos mil años de su nacimiento, quien llegó a escribir "Para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia". Y añadía: "Pero si el vivir en la carne significa para mí trabajo fecundo, no sé qué escoger".

"Pablo comprendió bien que trabajar por el Señor es ya una recompensa en esta tierra", aseguró.

El sucesor de Pedro concluyó deseando que los cristianos respondan "siempre y con alegría a la llamada del Señor" para que encuentren la felicidad trabajando sin descanso por el Reino de los cielos.

viernes, 26 de septiembre de 2008

NUESTRA AMADA MADRE


Virgen de Guadalupe
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Otras fotos

LA VIRGEN DE GUADALUPE
Patrona de México
y Emperatriz de las Américas

FIESTA: 12 de diciembre

"Confiamos a Santa María de Guadalupe, Patrona de México y de todo el continente, el destino de los pueblos americanos y de su nueva evangelización"
-Juan Pablo II, enero 1999.


La Virgen Santísima se apareció en el Tepeyac, México, a san Juan Diego el martes 12 de diciembre de 1531, apenas diez años después de la conquista de México. La madre de Dios viene para dar a conocer el evangelio a sus hijos nativos del nuevo continente y para "mostrar y dar" todo su "amor y compasión, auxilio y defensa, pues yo soy vuestra piadosa madre".

Como prueba de su visita la Virgen milagrosamente hizo que en aquel lugar aparecieran preciosas rosas de Castilla y que su imagen se quedara permanentemente en la tilma de su siervo.

Durante cuatro días la Virgen se había comunicado con Juan Diego hablándole en su propia lengua, el náhualtl. Al identificarse, María usó la palabra "coatlallope"; un sustantivo compuesto formado por "coatl" o sea, serpiente, la preposición "a" y "llope", aplastar; es decir, se definió como "la que aplasta la serpiente". Otros reconstruyen el nombre como "Tlecuauhtlapcupeuh" que significa: "La que precede de la región de la luz como el Aguila de fuego". De todas formas el vocablo náhualtl sonó a los oídos de los frailes españoles como el extremeño "Guadalupe", relacionando el prodigio del Tepeyac con la muy querida advocación que los conquistadores conocían y veneraban en la Basílica construida por Alfonso XI en 1340. En España existían dos advocaciones a la Virgen de Guadalupe, en Cáceres y en La Gomera. Sin embargo la Guadalupe Mexicana es original. ¡La Virgen se comunicó de manera que la entendiesen tanto los indios como los españoles!.

La Virgen de Guadalupe dio al indio Juan Diego un delicado trato de nobleza elevando proféticamente la condición de todo su pueblo. El Señor "derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes". Al mismo tiempo, La Virgen trajo reconciliación y no división entre los nativos y los españoles. Les ayudó a ambos a comprender que la fe cristiana no es propiedad de nadie sino un don de amor para todos. La Virgen pide a Juan Diego que vaya al obispo. El obispo de México era Fray Juan De Zumárraga, franciscano. De esta manera la Virgen enseña que se debe someter a la autoridad legítima que Jesús estableció en la Iglesia.

Cuatrocientos años debieron pasar para que la cultura occidental reconociera admirada que la imagen impresa sobre el ayate indígena era un verdadero códice mexicano, un mensaje del cielo cargado de símbolos. Helen Behrens, una antropóloga norteamericana descubrió en 1945 lo que los ojos de los indios habían "leído" en la pintura de la "Madre del verdadero Dios por quien se vive" aquel diciembre de 1531.

Guadalupe propicia la Evangelización del continente

Los misioneros tenían poco éxito a pesar de su intensa labor, en gran parte por el mal ejemplo de muchos que llamándose cristianos, abusaban de ellos. Pero la Virgen de Guadalupe se presenta como mujer nativa y les enseñó que el regalo de la fe es para todos sin distinción. La imagen de la tilma es toda una catequesis (ver abajo). Resultado: En los 7 años después de las apariciones 8 millones de nativos se convirtieron a la fe católica. Esto representa un promedio de 3000 conversiones diarias. Si recordamos que por la predicación de San Pedro el día de Pentecostés se convirtieron 3000 hombres, podemos apreciar que la Virgen inició un verdadero Pentecostés que duró 7 años.

La Virgen de Guadalupe continúa guiándonos a Jesús. Los milagros obtenidos por la Virgen son tan extraordinarios que no se puede menos que exclamar: "El poder divino está aquí". Dios Todopoderoso se complace en derramar sus dones por medio de aquella a quien El escogió para ser su madre.

El Santuario, Tepeyac
El Tepeyac es el santuario mariano mas visitado del mundo, superando en visitas a Lourdes y Fátima. Cada año 20 millones de fieles se acercan a la venerada imagen para expresar a la Madre del Cielo el testimonio de su cariño y veneración. El día de la fiesta, el doce de diciembre, se calcula que casi tres millones de personas acuden al santuario.

En la actualidad la imagen milagrosa está en la nueva basílica construida junto a la antigua que se ha hundido notablemente. Los fieles pueden contemplar el cuadro desde una estera móvil que a sus pies se desliza para movilizar a los fieles y dar cabida a las multitudes que desean venerarla. Como en todo santuario mariano, la basílica de Guadalupe cuenta con una capilla del Santísimo donde los fieles constantemente adoran al Señor.

La Basílica nueva tiene forma redonda que simboliza la tienda que albergaba el Arca de la Alianza en su marcha por el desierto; las lámparas interiores que cuelgan del techo recuerdan la nube que guiaba al pueblo de Dios día a día y la refulgente pared de oro que sostiene el cuadro, representa la columna de fuego y luz que indicaba el camino durante la noche.

Historicidad

Durante el proceso de estudio para para canonización de Juan Diego se estableció una comisión para estudiar su historicidad. El padre Fidel González fue asistido en esta labor por Eduardo Chávez Sánchez y José Luis Guerrero Rosado (Cf. «El encuentro de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego», Editorial Porrúa, México 1999, 564 pp.). Presentaron 27 documentos o testimonios indígenas guadalupanos y 8 de procedencia mixta indo-española. Entre todos ellos, destaca el «El Nican Mopohua» y el llamado Códice «Escalada».

No se pueden explicar con elementos históricos algunos aspectos decisivos de la historia de México sin tener en cuenta el milagro de Guadalupe. Como, por ejemplo, el que, después una conquista dramática y tras dolorosas divisiones y contraposiciones en el seno del mundo político nahuatl, en un lugar significativo para el mundo indígena, en el cerro del Tepeyac, se levantara en seguida una ermita dedicada a la Virgen María bajo el nombre de Guadalupe. No explican tampoco cómo Guadalupe se convirtió en señal de una nueva historia religiosa y de encuentro entre dos mundos hasta ese momento en dramática contraposición.

.... Existen otras muchas pruebas históricas sobre la existencia de Juan Diego, como, por ejemplo, la tradición oral, fuente decisiva al estudiar a los pueblos mexicanos, cuya cultura era principalmente oral. Esta tradición, en esos casos suele obedecer a cánones bien precisos y, en el caso de Guadalupe, siempre confirma la figura histórica y espiritual de Juan Diego. Quien quiera profundizar en el aspecto histórico del vidente de Guadalupe, puede leer a continuación el artículo inédito escrito por una de las personalidades más competentes en la materia, Fidel González, presidente de la Comisión histórica sobre Juan Diego constituida por la Santa Sede.
-Fuente: Zenit.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Su Santidad nos Habla


FIRME RECHAZO DEL PAPA A LAS BENDICIONES DE UNIONES CIVILES PDF Imprimir
Lunes, 15 de Septiembre de 2008
Defendió la familia tradicional y lamentó que las leyes "relativicen el matrimonio"Fervor entre los fieles ante la llegada del papamóvil. LOURDES.- En su segundo día de peregrinación al santuario de Lourdes, el papa Benedicto XVI ratificó la importancia de la familia tradicional y advirtió: "No se pueden aceptar las iniciativas que tienden a bendecir las uniones ilegítimas". Al hablar ante 170 obispos y cardenales y una multitud de 150.000 fieles, el pontífice alemán abordó la "cuestión particularmente dolorosa de los divorciados vueltos a casar" y dijo que la Iglesia "mantiene con firmeza la indisolubilidad del matrimonio". Observadores del Vaticano interpretaron las afirmaciones de Benedicto XVI como una advertencia ante los casos registrados en Francia de sacerdotes que han bendecido a parejas de católicos divorciados y vueltos a casar, a los que incluso se les ha permitido comulgar, lo que prohibe la Iglesia. Benedicto XVI, que el viernes se entrevistó en París con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, divorciado dos veces y casado actualmente con la ex cantante Carla Bruni, madre de un hijo fruto de una relación anterior, defendió a la familia como el "pedestal sobre el que descansa toda la sociedad".
"El matrimonio y la familia se enfrentan ahora a verdaderas borrascas. Las leyes han relativizado en diferentes países su naturaleza de célula primordial de la sociedad, A menudo, buscan acomodarse más a las costumbres y a las reivindicaciones de personas o de grupos particulares que a promover el bien común de la sociedad", denunció el obispo de Roma, ante la aceptación de uniones civiles en distintos países. Inducir a error El papa Ratzinger añadió que la exhortación apostólica Familiaris Consortio, que su antecesor Juan Pablo II dedicó en 1981 a la familia, impide "a todo pastor, por cualquier motivo o pretexto incluso pastoral, efectuar ceremonias de cualquier tipo para los divorciados que vuelven a casarse". Ya en ese texto, indicó, se señalaba que la celebración de nuevas nupcias podrían inducir a error sobre la indisolubilidad del matrimonio. Agregó que "desde hace tiempo la unión estable entre un hombre y una mujer, ordenada a construir una felicidad terrenal con el nacimiento de los hijos dados por Dios, ya no es en la mente de algunos el modelo al que se refiere el compromiso conyugal". Reconoció que "muchas parejas atraviesan pruebas muy dolorosas", pero reafirmó que en esos casos "lo que hay que hacer es ayudarles a comprender la grandeza del matrimonio y animarlos a no relativizar la voluntad de Dios y las leyes que él nos ha dado". Cada año peregrinan unos seis millones de fieles a Lourdes, muchos de ellos enfermos en busca de un milagro o de un alivio a su sufrimiento. El Papa, como cualquier otro peregrino, permaneció atento y piadoso en la gruta, rezó por la paz mundial y tuvo instantes de profunda meditación, como hacían los miles de personas congregadas ante su presencia. Por la mañana, dedicó su homilía al dogma de la Inmaculada Concepción, a 150 años de las apariciones de la Virgen en Lourdes. El Santo Padre parece haber heredado de su antecesor polaco la devoción por la Virgen, aunque se recogieron testimonios divergentes entre los fieles sobre su imagen.
"Benedicto XVI es magnífico, tiene una cabeza prodigiosa", destacó el peregrino español Javier Pintado. "Juan Pablo II era más cercano al pueblo", comentaba, en tanto, un taxista parisino, al marcar que la figura del pontífice alemán aparece muchas veces a la sombra de su popular predecesor.
Ratzinger llamó a la "unidad" de los católicos al defender la misa en latín, cuya celebración liberalizó en un decreto de julio de 2007, considerado por algunos sectores religiosos un guiño a los integristas. "Me he sentido impulsado a precisar las condiciones" de oficiar la misa en latín y "ya se ven frutos de estas nuevas disposiciones y espero el necesario apaciguamiento de los espíritus". También se refirió al sentido laico de la república francesa y destacó la "originalidad" de la situación francesa, que la Santa Sede "desea respetar". Se congratuló de que Sarkozy hubiera resaltado "los valores cristianos de Francia", lo que da pie, según el Pontífice, "a incorporar valores fundamentales en la sociedad". Con una misa que dedicará a los enfermos, el Papa pondrá hoy punto final a su primer viaje a Francia, el décimo de su pontificado al exterior. Agencias AFP, EFE y Reuters

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Denuncia Verdadera

Mons. Aguer denuncia “lavado de cerebro relativista” a favor del aborto

Mons. Héctor Aguer

.- El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, denunció la existencia de “un concepto relativista de discriminación que no distingue entre el bien y el mal”, y que termina promoviendo pseudos derechos como el aborto y falsas instituciones como las uniones homosexuales.

En el programa Claves para un Mundo Mejor, el Prelado advirtió, en ese sentido, que este concepto relativista de discriminación termina al final discriminando al no nacido al “incluir el presunto derecho al aborto”.

“Otra de las aplicaciones de este concepto relativista de la discriminación se ventila a propósito de la unión civil de personas del mismo sexo que se va convirtiendo, de a poco, en una especie de institución”, indicó. Mons. Aguer señaló que “los derechos de las personas que viven en esa situación podrían asegurarse en el ámbito del derecho privado, en cambio se instala en el derecho público una institución ambigua”.

En ese sentido, lamentó que el Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI), utilice este concepto relativista y termine al final discriminando al niño por nacer y a la institución del matrimonio.

“Es curioso que ese organismo estatal ahora intente formar a los docentes en este criterio relativista de la discriminación, con el propósito de ir cambiando la cultura, de ir alterando la cultura popular, de ir cambiando la mentalidad de la gente. Es decir: se va operando un cuidadoso lavado de cerebro de la población argentina”, advirtió.

Mons. Aguer dijo que aunque algunas personas puedan decir que “se dejará lavar el cerebro aquel inadvertido o poco entendido”, lo real, advirtió, “es que el poder de los medios es impresionante” y se irán creando situaciones ambiguas que lleven a la población a creer que, bajo una mal entendida tolerancia, “todo es igual”.

“El relativismo lo definió muy bien, sin pensarlo, aquel inefable personaje de Juan Carlos Altavista que era ‘Minguito’, cuando decía: ‘seigual’. Pero ya vemos que, después de todo, no es tan igual. Y los encargados de combatir la discriminación resultan finalmente peligrosos discriminadores”, señaló.

martes, 23 de septiembre de 2008

EL PAPA NOS HABLA


A EJEMPLO DE SAN PABLO LOS OBISPOS DEBEN CRECER EN SANTIDAD…

VATICANO, 22 Sep. 08 / 09:10 am (ACI).- El Papa Benedicto XVI alentó este mediodía en Castelgandolfo a los obispos, para que siguiendo el ejemplo de San Pablo crezcan "cada día en la santidad de la vida para tener los mismos sentimientos de Jesucristo".

Al recibir a un grupo de obispos nombrados en el último año, que participan en un congreso promovido por las Congregaciones para los Obispos y para las Iglesias Orientales, el Santo Padre recordó que "el primer compromiso espiritual y apostólico del obispo debe ser progresar en la vida de la perfección evangélica", ayudándose en primer lugar de la escucha de la Palabra de Dios.

"Os exhorto, por tanto, a confiar cada día en la Palabra de Dios para ser maestros de la fe y auténticos educadores de vuestros fieles", añadió.

A pocos días de iniciarse en octubre la Asamblea General Ordinaria sobre la Palabra de Dios, Benedicto XVI confió a los prelados "el poder de la Palabra del Señor para ser fieles a las promesas manifestadas ante Dios y la Iglesia el día de la consagración episcopal, perseverantes en el cumplimiento del ministerio que se os ha confiado, fieles en la custodia pura e íntegra del depósito de la fe, enraizados en la comunión eclesial junto a todo el orden episcopal".

"Progresando en el camino de la santidad, expresaréis aquella autoridad moral indispensable y aquella sabiduría prudente que se exige a quien está al frente de la familia de Dios. Esta autoridad es hoy más que necesaria que nunca. Vuestro ministerio será pastoralmente fructífero si se apoya en vuestra santidad de vida", continuó.

Seguidamente exhortó a los pastores a ayudar a sus sacerdotes a "crecer en la dedicación a Cristo y en la fidelidad al ministerio. Tratad de promover una verdadera fraternidad sacerdotal que contribuya a vencer el aislamiento y la soledad, favoreciendo el apoyo recíproco. Es importante que todos los sacerdotes adviertan la cercanía paterna y la amistad del obispo".

"Para construir el futuro de vuestras Iglesias particulares sed animadores y guías de los jóvenes", dijo luego y destacó la necesidad de que "los sacerdotes y educadores sepan transmitir a las nuevas generaciones, junto con el entusiasmo por el don de la vida, el amor por Jesucristo y por la Iglesia".

Finalmente el Pontífice pidió velar por los seminaristas, "conscientes de que el seminario es el corazón de la diócesis" y que plantearan a los jóvenes la posibilidad de "donarse plenamente a Cristo en la vida sacerdotal y religiosa. Sensibilizad a las familias, las parroquias, los institutos educativos, para que ayuden a las nuevas generaciones a buscar y a descubrir el proyecto de Dios para su vida".

lunes, 22 de septiembre de 2008

DECLARACIÓN SOBRE EL ABORTO


A LA LUZ DE LA FE


5. "Dios no hizo la muerte; ni se goza en la pérdida de los vivientes" (Sab 1, 13). Ciertamente, Dios ha creado a seres que sólo viven temporalmente y la muerte física no puede estar ausente del mundo de los seres corporales. Pero lo que se ha querido sobre todo es la vida y, en el universo visible, todo ha sido hecho con miras al hombre, imagen de Dios y corona del mundo (GnMt 22, 32), y que la muerte, lo mismo que el pecado, será definitivamente vencida por la resurrección en Cristo (1 Cor 15, 20-27). Se comprende así que la vida humana, incluso sobre esta tierra, es preciosa. Infundida por el Creador (5) , es él mismo quien la volverá a tomar (Gn 2, 7; Sab 15, 11). Ella permanece bajo su protección: la sangre del hombre grita hacia él (Gn 4, 10) y él pedirá cuentas de ella, "pues el hombre ha sido hecho a imagen de Dios" (Gn 9, 5-6). El mandamiento de Dios es formal: "No matarás" (Éx 20, 13). La vida al mismo tiempo que un don es una responsabilidad: recibida como un "talento" (Mt 25, 14-30), hay que hacerla fructificar. Para ello se ofrecen al hombre en este mundo muchas opciones a las que no se debe sustraer; pero más profundamente el cristiano sabe que la vida eterna para él depende de lo que habrá hecho de su vida en la tierra con la gracia de Dios. 1, 26-28). En el plano humano, "por la envidia del diablo entró la muerte en el mundo" (Sab 2, 24); introducida por el pecado, la muerte queda vinculada a él, siendo a la vez signo y fruto del mismo. Pero ella no podrá triunfar. Confirmando la fe en la resurrección, el Señor proclamará en el evangelio que "Dios no es el Dios de los muertos, sino de los vivos" (

6. La tradición de la Iglesia ha sostenido siempre que la vida humana debe ser protegida y favorecida desde su comienzo como en las diversas etapas de su desarrollo. Oponiéndose a las costumbres del mundo grecorromano, la Iglesia de los primeros siglos ha insistido sobre la distancia que separa en este punto tales costumbres de las costumbres cristianas. En la Didaché se dice claramente: "No matarás con el aborto al fruto del seno y no harás perecer al niño ya nacido"(6) . Atenágoras hace notar que los cristianos consideran homicidas a las mujeres que toman medicinas para abortar; condena a quienes matan a los hijos, incluidos los que viven todavía en el seno de su madre, "donde son ya objeto de solicitud por parte de la Providencia divina" (7) . Tertuliano quizá no ha mantenido siempre el mismo lenguaje; pero no deja de afirmar con la misma claridad el principio esencial: "es un homicidio anticipado el impedir el nacimiento; poco importa que se suprima la vida ya nacida o que se la haga desaparecer al nacer. Es ya un hombre aquel que está en camino de serlo" (8) .

7. A lo largo de toda la historia, los Padres de la Iglesia, sus pastores, sus doctores, han enseñado la misma doctrina, sin que las diversas opiniones acerca del momento de la infusión del alma espiritual hayan suscitado duda sobre la ilegitimidad del aborto. Es verdad que, cuando en la Edad Media era general la opinión de que el alma espiritual no estaba presente sino después de las primeras semanas, se hizo distinción en cuanto a la especie del pecado y a la gravedad de las sanciones penales; autores dignos de consideración admitieron, para este primer período, soluciones casuísticas más amplias, que rechazaban para los períodos siguientes. Pero nunca se negó entonces que el aborto provocado, incluso en los primeros días, fuera objetivamente una falta grave. Esta condena fue de hecho unánime. Entre muchos documentos baste recordar algunos.

El primer Concilio de Maguncia (Alemania), en el año 847, reafirma las penas decretadas por concilios anteriores contra el aborto y determina que sea impuesta la penitencia más rigurosa "a las mujeres que provoquen la eliminación del fruto concebido en su seno"(9) . El Decreto de Graciano refiere estas palabras del papa Esteban V: "Es homicida quien hace perecer, por medio del aborto, lo que había sido concebido"(10) . Santo Tomás, Doctor común de la Iglesia, enseña que el aborto es un pecado grave, contrario a la ley natural(11) . En la época del Renacimiento, el papa Sixto V condena al aborto con la mayor severidad(12) . Un siglo más tarde, Inocencio XI reprueba las proposiciones de ciertos canonistas laxistas que pretendían disculpar el aborto provocado antes del momento en que algunos colocaban la animación espiritual del nuevo ser(13) . En nuestros días, los últimos pontífices romanos han proclamado con la máxima claridad la misma doctrina: Pío XII ha dado una respuesta explícita a las objeciones más graves(14) ; Pío XI ha excluido claramente todo aborto directo, es decir, aquel que se realiza como fin o como medio(15) ; Juan XXIII ha recordado la doctrina de los Padres acerca del carácter sagrado de la vida, "la cual desde su comienzo exige la acción creadora de Dios"(16) . Más recientemente, el Concilio Vaticano II, presidido por Pablo VI, ha condenado muy severamente el aborto: "La vida desde su concepción debe ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables"(17) . El mismo Pablo VI, hablando de este tema en diversas ocasiones, no ha vacilado en repetir que esta enseñanza de la Iglesia "no ha cambiado ya que es inmutable"(18)


TAMBIEN PUEDEN LEER LA CONTINUACION LLAMADA "DECLARACIÓN SOBRE EL ABORTO; TAMBIEN A LALUZ DE LA RAZON" EN: http://www.jovenesacontramano.blogspot.com/


jueves, 18 de septiembre de 2008

Un Ejemplo a seguir

SAN PÍO X

Los años del Pontificado de San Pío X fueron particularmente difíciles por las transformaciones internas de muchas naciones, que tuvieron serias repercusiones en los fieles cristianos. Con todo, el verdadero vendaval que azotó fuertemente a la Iglesia en este tiempo fue de carácter ideológico y doctrinal: los intentos de conciliar la fe con una filosofía que estaba, en sus mismos principios, muy lejos de ella desembocaron en numerosos errores de amplia difusión. Estas ideologías atacaban los mismos fundamentos de la doctrina católica y conducían directamente a negarla2.

San Pío X hizo realidad el lema de su Pontificado –instaurar en Cristo todas las cosas3– en su honda preocupación por atajar estos males, que llegaban de mil formas al pueblo fiel4. Insistía con frecuencia en el daño que produce la ignorancia de la fe: «es inútil esperar solía decir que quien no tenga formación pueda cumplir con sus deberes de cristiano». Exhortaba una y otra vez en la necesidad de enseñar el Catecismo. De esta inquietud por la formación cristiana surgió el llamado Catecismo de San Pío X, que tanto bien ha hecho en la Iglesia. Este afán de dar doctrina a un mundo que estaba hambriento y necesitado de ella se refleja en todo su Magisterio. Incluso él mismo, siendo Papa, no quiso abandonar los medios tradicionales de la Catequesis. Hasta 1911 solía enseñar el Catecismo en el cortile de San Dámaso y en el de la Piña, en el Vaticano. También cada domingo invitaba a los feligreses de una parroquia romana, les celebraba la Santa Misa y les explicaba el Evangelio.

Una buena parte de aquellos errores que combatió San Pío X parecen haber tomado carta de ciudadanía en nuestros días. Y en países evangelizados hace casi veinte siglos son muchedumbre los que no conocen las verdades más elementales de la fe. Muchos se encuentran indefensos y se dejan arrastrar por esos errores difundidos por unos pocos, con la complicidad de las propias pasiones5. Aquel llamamiento que hizo en su tiempo San Pío X para conservar y dar a conocer la buena doctrina sigue siendo plenamente actual. Es especialmente urgente que todos los cristianos, con los medios a nuestro alcance, demos a conocer las enseñanzas de la Iglesia sobre el sentido de la vida, el fin del hombre y su destino eterno, el matrimonio, la generosidad en el número de hijos, el derecho y deber de los padres para elegir la educación que estos han de recibir, la doctrina social de la Iglesia, el amor al Papa y a sus enseñanzas, la malicia del crimen del aborto... Y para esto debemos utilizar todos los medios a nuestro alcance: las catequesis familiares, la difusión de libros buenos, las conversaciones que todos los días surgen sobre temas que afectan a la fe o a la moral... No olvidemos además, como ha recordado el Papa Juan Pablo II, que «¡la fe se fortalece dándola!»6.

II . San Pío X se distinguió por una gran firmeza para hacer frente a un ambiente que muchas veces le fue adverso, y, a la vez, estuvo lleno de una profunda humildad y sencillez. En la Primera lectura de la Misa7 se recogen estas palabras de San Pablo a los cristianos de Tesalónica, que bien pudo escribir también el Santo Pontífice: Tuvimos valor -apoyados en nuestro Dios para predicaros el Evangelio de Dios en medio de fuerte oposición. Sin embargo, San Pío X como San Pablo se mantuvo sereno y alegre en medio de las dificultades, porque su vida estaba fuertemente enraizada en la oración. No le faltó tampoco el buen humor.

Un soldado de la guardia suiza recuerda que le tocó una noche hacer la guardia en un patio al que daba la ventana del dormitorio del Papa. Con la alabarda al hombro, el soldado paseaba de un lado a otro. Sus pasos resonaban en las losas. En un momento de la noche se abrió la ventana y apareció la figura del Papa: «Bendito, ¿qué haces ahí?». El soldado explicó como pudo su cometido. Y San Pío X, benevolente, le recomendó: «Vete a descansar, que será mejor. Así podremos dormir tú y yo»8.

San Pío X tuvo fama de hacer milagros en vida. Un día fueron a verle al Vaticano sus antiguos parroquianos. Y con la sencillez y la confianza que siempre habían tenido con él y también con total falta de tacto, le preguntaron: «Don Beppo (así le llamaban cuando era párroco), ¿es cierto que usted hace milagros?». Y el Papa, con sencillez y buen humor, les respondió: «Mirad... aquí en el Vaticano hay que hacer un poco de todo»9. Sin embargo, un Obispo brasileño, habiendo oído hablar de la fama de santidad del Pontífice, se trasladó en los primeros meses de 1914 a Roma para implorar del Santo la curación de su madre, enferma de lepra. Ante su insistencia, San Pío X le exhortó que se encomendara a Nuestra Señora y a algún otro santo. Pero el Obispo, insistente, le rogó: «Al menos, dígnese repetir las palabras de Nuestro Señor ante el leproso: Volo, mundare!» (quiero, sé limpio). Y el Papa, con una sonrisa, y condescendiente, repitió: «Volo, mundare!». Cuando el Obispo regresó a su patria, encontró a su madre curada de la lepra10.

Entre las graves responsabilidades y la dureza de tantos acontecimientos que hubo de sobrellevar San Pío X, el Señor le concedió no perder la sencillez y el buen humor. Para nosotros, que hemos tomado en serio nuestra fe, vivida en medio del mundo, son dos virtudes humanas que podemos pedir hoy al Señor por intercesión de este Santo Pontífice. Nos ayudarán a sentirnos hijos de Dios, a estar serenos y alegres en cualquier dificultad.

III. San Pío X amó y sirvió con suma fidelidad a la Iglesia. Desde el comienzo de su Pontificado acometió una serie de profundas reformas. De modo particular dedicó una especial atención a los sacerdotes, de quienes lo esperaba todo. De su santidad, dijo muchas veces y de modos distintos, dependía en gran medida la santidad del pueblo cristiano. En el cincuenta aniversario de su ordenación sacerdotal dedicó a los sacerdotes una exhortación11 que tenía como motivo: Sobre cómo deben ser los sacerdotes que la Iglesia necesita. Pedía, ante todo, sacerdotes santos, entregados por entero a su labor de almas.

Muchos de los problemas, necesidades y circunstancias de aquellos once años de Pontificado de San Pío X, siguen siendo actuales. Por eso, hoy puede ser una buena ocasión para que examinemos cómo es nuestro amor con obras a la Iglesia; si, en medio de los quehaceres temporales, cada uno de nosotros tiene «una viva conciencia de ser un miembro de la Iglesia, a quien se le ha confiado una tarea original, insustituible e indelegable, que debe llevar a cabo para el bien de todos»12: dar buena doctrina, aprovechando toda ocasión oportuna, o creándola; ayudar a otros a que encuentren el camino de su reconciliación con Dios, mediante la Confesión sacramental; pedir cada día y ofrecer horas de trabajo bien acabado por la santidad de los sacerdotes; ayudar, con generosidad, al sostenimiento de la Iglesia y de obras buenas; contribuir a la difusión del Magisterio del Papa y de los Obispos, principalmente en asuntos que se refieren a la justicia social, a la moralidad pública, a la enseñanza, a la familia... «¡Qué alegría, poder decir con todas las veras de mi alma: amo a mi Madre la Iglesia santa!»13. Un amor que se traduce cada día en obras concretas.

Examinemos también cómo es nuestro amor filial al Papa, que para todos los cristianos ha de ser «una hermosa pasión, porque en él vemos a Cristo»14. Meditemos junto al Señor si pedimos todos los días por la persona del Romano Pontífice, para que el Señor lo custodie y lo vivifique y le haga dichoso en la tierra..., si estamos unidos a sus intenciones, si rezamos por ellas...

Dios poderoso y eterno -le rogamos con una oración de la Misa, que para defender la fe católica e instaurar todas las cosas en Cristo, colmaste al Papa San Pío X de sabiduría divina y de fortaleza apostólica; concédenos que, dóciles a sus instrucciones y ejemplos, consigamos la recompensa eterna.

Libra a la Iglesia del maldito cancer del modernismo.

HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

+ La idolatría enemiga de la verdadera Fé +

VIAJE APOSTÓLICO A FRANCIA CON OCASIÓN DEL 150 ANIVERSARIO DE LAS APARICIONES DE LOURDES(12 - 15 DE SEPTIEMBRE DE 2008)
SANTA MISA EN LA EXPLANADA DE LOS INVÁLIDOS
HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
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París, sábado 13 de septiembre de 2008
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Señor Cardenal Vingt-Trois, Señores Cardenales y queridos Hermanos en el Episcopado, Hermanos y hermanas en Cristo:
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Jesucristo nos reúne en este maravilloso lugar, en el corazón de París, en un día en que la Iglesia universal celebra la fiesta de San Juan Crisóstomo, uno de sus más grandes doctores que, con su testimonio de vida y su enseñanza, mostró eficazmente a los cristianos el camino a seguir. Saludo con gozo a todas las Autoridades que me han acogido en esta noble ciudad, especialmente al Cardenal André Vingt-Trois, a quien agradezco las amables palabras que me ha dirigido. También saludo a los Obispos, Sacerdotes y Diáconos que me acompañan en la celebración del sacrificio de Cristo. Doy las gracias a las personalidades, particularmente al Señor Primer Ministro, que han querido estar presentes aquí esta mañana; les aseguro mi oración ferviente por el cumplimiento de su noble misión de servir a sus conciudadanos.
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La primera carta de San Pablo, dirigida a los Corintios, nos hace descubrir, en este año Paulino inaugurado el pasado 28 de junio, hasta qué punto sigue siendo actual el consejo dado por el Apóstol. “No tengáis que ver con la idolatría” (1 Co 10, 14), escribió a una comunidad muy afectada por el paganismo e indecisa entre la adhesión a la novedad del Evangelio y la observancia de las viejas prácticas heredadas de sus antepasados. No tener que ver con los ídolos significaba entonces dejar de honrar a los dioses del Olimpo, dejar de ofrecerles sacrificios cruentos. Huir de los ídolos era seguir las enseñanzas de los profetas del Antiguo Testamento, que denunciaban la tendencia del espíritu humano a hacerse falsas representaciones de Dios. Como dice el Salmo 113 a propósito de las estatuas de los ídolos, éstas no son más que “oro y plata, obra de manos humanas. Tienen boca y no hablan, ojos y no ven, oídos y no oyen, narices y no huelen” (vv. 4-5). Fuera del pueblo de Israel, que había recibido la revelación del Dios único, el mundo antiguo era esclavo del culto a los ídolos. Los errores del paganismo, muy visibles en Corinto, debían ser denunciados porque eran una potente alienación y desviaban al hombre de su verdadero destino. Impedían reconocer que Cristo es el único y verdadero Salvador, el único que indica al hombre el camino hacia Dios.
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Este llamamiento a huir de los ídolos sigue siendo válido también hoy. ¿Acaso nuestro mundo contemporáneo no crea sus propios ídolos? ¿No imita, quizás sin saberlo, a los paganos de la antigüedad, desviando al hombre de su verdadero fin de vivir por siempre con Dios? Ésta es una cuestión que todo hombre honesto consigo mismo se plantea un día u otro. ¿Qué es lo que importa en mi vida? ¿Qué debo poner en primer lugar? La palabra “ídolo” viene del griego y significa “imagen”, “figura”, “representación”, pero también “espectro”, “fantasma”, “vana apariencia”. El ídolo es un señuelo, pues desvía a quien le sirve de la realidad para encadenarlo al reino de la apariencia. Ahora bien, ¿no es ésta una tentación propia de nuestra época, la única sobre la que podemos actuar de forma eficaz? Es la tentación de idolatrar un pasado que ya no existe, olvidando sus carencias, o un futuro que aún no existe, creyendo que el ser humano hará llegar con sus propias fuerzas el reino de la felicidad eterna sobre la tierra. San Pablo dice a los Colosenses que la codicia insaciable es una idolatría (cf. 3,5) y recuerda a su discípulo Timoteo que el amor al dinero es la raíz de todos los males. Por entregarse a ella, precisa, muchos, arrastrados por la codicia “se han apartado de la fe y se han acarreado muchos sufrimientos” (1 Tm 6, 10). El dinero, el afán de tener, de poder e incluso de saber, ¿acaso no desvían al hombre de su verdadero fin, de su auténtica verdad?
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Queridos hermanos y hermanas, la cuestión que plantea la liturgia de este día encuentra su respuesta en la misma liturgia, que hemos heredado de nuestros padres en la fe, y en particular del mismo San Pablo (cf. 1 Co 11,23). Comentando este texto, San Juan Crisóstomo, observa que San Pablo condena severamente la idolatría como una “falta grave”, un “escándalo”, una verdadera “peste” (Homilía 24 sobre la primera carta a los Corintios, 1). E inmediatamente añade que la condena radical de la idolatría no es en modo alguno una condena de la persona del idólatra. Nunca hemos de confundir en nuestros juicios el pecado, que es inaceptable, y el pecador del que no podemos juzgar su estado de conciencia y que, en todo caso, siempre tiene la posibilidad de convertirse y ser perdonado. San Pablo apela a la razón de sus lectores, la razón de todo ser humano, testimonio poderoso de la presencia del Creador en la criatura: “Os hablo como a gente sensata, formaos vuestro juicio sobre lo que digo” (1 Co 10, 15). Dios, del que el Apóstol es un testigo autorizado, nunca pide al hombre que sacrifique su razón. La razón nunca está en contradicción real con la fe. El único Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ha creado la razón y nos da la fe, proponiendo a nuestra libertad que la reciba como un don precioso. Lo que desencamina al hombre de esta perspectiva es el culto a los ídolos, y la razón misma puede fabricar ídolos. Pidamos a Dios, pues, que nos ve y nos escucha, que nos ayude a purificarnos de todos nuestros ídolos para acceder a la verdad de nuestro ser, para acceder a la verdad de su ser infinito.
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¿Cómo llegar a Dios? ¿Cómo lograr encontrar o reencontrar a Aquel que el hombre busca en lo más profundo de sí mismo, hasta olvidarse frecuentemente de sí? San Pablo nos invita a usar no solamente nuestra razón, sino sobre todo nuestra fe para descubrirlo. Ahora bien, ¿qué nos dice la fe? El pan que partimos es comunión con el Cuerpo de Cristo; el cáliz de acción de gracias que bendecimos es comunión con la Sangre de Cristo. Extraordinaria revelación que proviene de Cristo y que se nos ha transmitido por los Apóstoles y toda la Iglesia desde hace casi dos mil años: Cristo instituyó el sacramento de la Eucaristía en la noche del Jueves Santo. Quiso que su sacrificio fuera renovado de forma incruenta cada vez que un sacerdote repite las palabras de la consagración del pan y del vino. Desde hace veinte siglos, millones de veces, tanto en la capilla más humilde como en las más grandiosas basílicas y catedrales, el Señor resucitado se ha entregado a su pueblo, llegando a ser, según la famosa expresión de San Agustín, “más íntimo en nosotros que nuestra propia intimidad” (cf. Confesiones, III, 6.11).
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Hermanos y hermanas, veneremos fervientemente el sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor, el Santísimo Sacramento de la presencia real del Señor en su Iglesia y en toda la humanidad. Hagamos todo lo posible por mostrarle nuestro respeto y amor. Démosle nuestra mayor honra. Nunca permitamos que con nuestras palabras, silencios o gestos, quede desvaída en nosotros y en nuestro entorno la fe en Cristo resucitado presente en la Eucaristía. Como dijo magistralmente San Juan Crisóstomo: “Consideremos los favores inefables de Dios y todos los bienes de los que nos hace gozar cuando le ofrecemos la copa, cuando comulgamos, dándole gracias por haber liberado al género humano del error, por haber acercado a él a los que estaban alejados y haber convertido a los desesperados y ateos de este mundo en un pueblo de hermanos, de coherederos del Hijo de Dios” (Homilía 24 sobre la Primera Carta a los Corintios, 1). De hecho, sigue diciendo, “lo que está en la copa es precisamente lo que ha brotado de su costado, y eso es lo que participamos” (ibíd.). No se trata sólo de participar y compartir, sino que hay “unión”, nos dice.
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La Misa es el sacrificio de acción de gracias por excelencia, el que nos permite unir nuestra propia acción de gracias a la del Salvador, el Hijo eterno del Padre. Por sí misma, la Misa nos invita también a huir de los ídolos, porque, como reitera San Pablo, “no podéis participar en dos mesas, la del Señor y la de los malos espíritus” (1 Co 10,21). La Misa nos invita a discernir lo que en nosotros obedece al Espíritu de Dios y lo que en nosotros aún permanece a la escucha del espíritu del mal. En la Misa sólo queremos pertenecer a Cristo, y repetimos con gratitud –con “acción de gracias”- el clamor del salmista: “¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?” (Sal 116,12). Sí, ¿cómo dar gracias al Señor por la vida que me ha dado? La respuesta a la pregunta del salmista está en el mismo Salmo, pues la Palabra de Dios responde con misericordia a las cuestiones que plantea. ¿Cómo pagar al Señor todo el bien que nos hace sino retomando sus propias palabras: “Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre” (Sal 116,13)?
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Alzar la copa de la salvación e invocar el nombre del Señor, ¿no es precisamente la mejor manera de “no tener que ver con la idolatría”, como nos pide San Pablo? Cada vez que se celebra una Misa, cada vez que Cristo se hace sacramentalmente presente en su Iglesia, se realiza la obra de nuestra salvación. Celebrar la Eucaristía significa, por tanto, reconocer que sólo Dios puede darnos la felicidad plena, enseñándonos los verdaderos valores, los valores eternos que nunca declinarán. Dios está presente en el altar, pero también está presente en el altar de nuestro corazón cuando en la comunión le recibimos en el sacramento de la Eucaristía. Sólo Él nos enseña a huir de los ídolos, espejismos del pensamiento.
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Ahora bien, queridos hermanos y hermanas, ¿quién puede alzar la copa de la salvación e invocar el nombre del Señor en nombre de todo el pueblo de Dios, sino el sacerdote ordenado para ello por el Obispo? A este respecto, queridos ciudadanos de París y de la región parisina, así como los venidos de toda Francia y de otros países vecinos, permitidme hacer un llamamiento, esperanzado en la fe y en la generosidad de los jóvenes que se plantean la cuestión de la vocación religiosa o sacerdotal: ¡No tengáis miedo! ¡No tengáis miedo de dar la vida a Cristo! Nada sustituirá jamás el ministerio de los sacerdotes en el corazón de la Iglesia. Nada suplirá una Misa por la salvación del mundo. Queridos jóvenes o no tan jóvenes que me escucháis, no dejéis sin respuesta la llamada de Cristo. San Juan Crisóstomo, en su Tratado sobre el sacerdocio, puso de manifiesto cómo la respuesta del hombre puede ser lenta en llegar, pero es el ejemplo vivo de la acción de Dios en el corazón de una libertad humana que se deja formar por la gracia.
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Finalmente, si retomamos las palabras que Cristo nos ha dejado en su Evangelio, nos damos cuenta de que Él mismo nos ha enseñado a huir de la idolatría y nos invita a construir nuestra casa “sobre roca” (Lc 6,48). ¿Quién es esta roca sino Él mismo? Nuestros pensamientos, palabras y obras sólo adquieren su verdadera dimensión si las referimos al mensaje del Evangelio. “Lo que rebosa del corazón, lo habla la boca” (Lc 6, 45). Cuando hablamos, ¿buscamos el bien de nuestro interlocutor? Cuando pensamos, ¿tratamos de poner nuestro pensamiento en sintonía con el pensamiento de Dios? Cuando actuamos, ¿intentamos difundir el Amor que nos hace vivir? Como dice una vez más San Juan Crisóstomo: “Si ahora todos participamos del mismo pan, y nos convertimos en la misma sustancia, ¿por qué no mostramos todos la misma caridad? ¿Por qué, por lo mismo, no nos convertimos en un todo único?... Oh hombre, ha sido Cristo quien vino a tu encuentro, a ti que estabas tan lejos de Él, para unirse a ti; y tú, ¿no quieres unirte a tu hermano?” (Homilía 24 sobre la Primera Carta a los Corintios, 2).
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La esperanza seguirá siempre la más fuerte. La Iglesia, construida sobre la roca de Cristo, tiene las promesas de vida eterna, no porque sus miembros sean más santos que los demás, sino porque Cristo hizo esta promesa a Pedro: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder del infierno no la derrotará” (Mt 16,18-19). Con la inquebrantable esperanza de la presencia eterna de Dios en cada una de nuestras almas, con la alegría de saber que Cristo está con nosotros hasta el final de los tiempos, con la fuerza que el Espíritu ofrece a todos aquellos y aquellas que se dejan alcanzar por él, queridos cristianos de París y de Francia, os encomiendo a la acción poderosa del Dios de amor que ha muerto por nosotros en la Cruz y ha resucitado victoriosamente la mañana de Pascua. A todos los hombres de buena voluntad que me escuchan les repito las palabras de San Pablo: Huid del culto de los ídolos, no dejéis de hacer el bien.
Que Dios nuestro Padre os acoja y haga brillar sobre vosotros el esplendor de su gloria. Que el Hijo único de Dios, Maestro y Hermano nuestro, os revele la belleza de su rostro resucitado. Que el Espíritu Santo os colme de sus dones y os dé la alegría de conocer la paz y la luz de la Santísima Trinidad, ahora y por siempre. Amén.
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© Copyright 2008 - Libreria Editrice Vaticana
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Página: www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2008/documents/hf_ben-xvi_hom_20080913_parigi-esplanade_sp.html

miércoles, 17 de septiembre de 2008

TRINUFA LA VIDA

BUENA NOTICIA: TRINUFA LA VIDA EN MENDOZA PDF Imprimir
Miércoles, 17 de Septiembre de 2008

Rechazan el pedido de aborto a una menor que fue violada. La justicia mendocina entendió que su situación no está amparada por la ley

FELICITACIONES A LOS ARGENTINOS ALERTA QUE ACTUARON POSIBILITANDO ESTOS RESULTADOS.

El juez de familia Germán Ferrer desestimó ayer el pedido para practicarle un aborto a una niña de 12 años, que quedó embarazada luego de haber sido violada por su padrastro, e intimó al gobierno provincial a que garantice a la paciente y al bebe una eficaz asistencia sanitaria, psicológica y social.

El juez se quejó por la gran cantidad de mensajes recibidos, a punto tal que los medios de comunicación local buscaron a los responsables de Argentinos Alerta para aclarar este tema, ya que aparentemente una parte de esos mensajes habían tenido tono amenazador. Los responsables de Argentinos Alerta en Mendoza debieron aclarar que si había mensajes amenazadores, estos no fueron enviados desde nuestro sitio ya que guardamos copia de cada uno de los cientos de mensajes enviados desde nuestro servidor. Se invitó además en la entrevista concedida a canal 7 a que el juez identifique a quienes hayan enviado correos con amenazas y proceda legalmente contra ellos.

martes, 16 de septiembre de 2008

EL PAPA NOS HABLA

Desde Lourdes
El Papa pide defender matrimonio y familia ante “verdaderas borrascas”

.- En el discurso que dirigió a los obispos franceses durante su visita a Lourdes, el Papa Benedicto XVI reiteró que la Iglesia debe defender el matrimonio y la familia ante “verdaderas borrascas” y leyes que relativizan su naturaleza.

El Santo Padre se refirió a “la situación de la familia” y recordó que “el matrimonio y la familia se enfrentan ahora a verdaderas borrascas. Desde hace algunas décadas, las leyes han relativizado en diferentes países su naturaleza de célula primordial de la sociedad. A menudo, las leyes buscan acomodarse más a las costumbres y a las reivindicaciones de personas o de grupos particulares que a promover el bien común de la sociedad”.

“La unión estable entre un hombre y una mujer, ordenada a construir una felicidad terrenal, con el nacimiento de los hijos dados por Dios, ya no es, en la mente de algunos, el modelo al que se refiere el compromiso conyugal”, indicó.

Sin embargo, precisó, “la experiencia enseña que la familia es el pedestal sobre el que descansa toda la sociedad. Además, el cristiano sabe que la familia es también la célula viva de la Iglesia. Cuanto más impregnada esté la familia del espíritu y de los valores del Evangelio, tanto más la Iglesia misma se enriquecerá y responderá mejor a su vocación”.

El Santo Padre también abordó la “cuestión particularmente dolorosa: la de los divorciados y vueltos a casar” y subrayó que “la Iglesia, que no puede oponerse a la voluntad de Cristo, mantiene con firmeza el principio de la indisolubilidad del matrimonio, rodeando siempre del mayor afecto a quienes, por los más variados motivos, no llegan a respetarla. No se pueden aceptar, pues, las iniciativas que tienden a bendecir las uniones ilegítimas”.

Puede leer el discurso completo en http://www.aciprensa.com/benedictoxvi/viajes/lourdes08/documento.php?doc_id=212

lunes, 15 de septiembre de 2008

Nuestra Señora de los Dolores

Es la más universal de todas las advocaciones de la Virgen, pues no está vinculada a una aparición, sino que recuerda los dolores que sufrió la Madre de Jesús. Estos son: La profecía de Simeón, la huida de Egipto, el niño Jesús perdido en el Templo, el encuentro de Jesús y María camino al Calvario, la Crucifixión, el cuerpo de Jesús es bajado de la cruz, el entierro de Jesús.

Ella lo sufrió todo por nosotros para que disfrutemos de la gracia de redención, sufrió para demostrarnos su amor.

La devoción de los dolores de María es fuente de Gracias porque llega a lo profundo del corazón de Cristo.

La Iglesia nos exhorta a entregarnos sin reserva al amor de María y llevar con paciencia nuestra Cruz acompañados de la Madre Dolorosa.

La liturgia de la celebración de los Dolores de la Virgen es de origen Alemán. En 1423 el arzobispo de Colonia, Teodorico de Neurs la instituye para reparar las burlas que los herejes hacían a las imágenes de la Virgen Dolorosa y en 1727 el Papa Benedicto XIII la propago a toda la Iglesia. El hecho de que se celebre el 15 de septiembre se debió a que desde 1688 los religiosos Servitas celebraron en esa fecha la fiesta de los dolores de la Virgen, fiesta que PIO VII extendió a toda la cristiandad en 1814. Para lealmente a estas celebraciones, se desarrollaba en España el culto especial a "La Dolorosa", en torno a los "Pasos de Semana Santa". Entre las renovaciones litúrgicas promovidas por el Concilio Vaticano II, se estableció que se suspendieran las festividades duplicadas a lo largo dl año. Como, la festividad de Virgen de los Dolores, hasta entonces se celebraba el 8 días antes del viernes Santo y e 15 de septiembre se suspendió el viernes de Dolor y quedo el 15 de septiembre como única fecha de conmemoración.


Los siete dolores y su meditación:

1. La Profecía se Simeón:
Por esta profecía se le revela a María que la misión salvadora de Jesús no será bien recibida por muchos y que su vida terminará con una dolorosa Pasión y Muerte, durante la cual, una espada de dolor le atravesará a ella el alma.

2. La huida de Egipto:
El Rey Herodes está furioso por el nacimiento de Jesús y se propone matarlo. El dolor de la Virgen María es el dolor de la Madre que ve amenazada la vida de su recién nacido, que es el hijo de Dios, El Mesías.

3. El niño Jesús Perdido en el templo:
Fue el Dolor más sensible, porque en todos los otros tuvo consigo a su querido hijo; mas este lo sufrió apartada de Él.

4. Encuentro de Jesús y María camino al Calvario:
Jesús va cargando la pesada Cruz, su rostro está bañado de sangre, sus facciones desfiguradas por la multitud de golpes y por el dolor. María va siguiendo sus pasos para ser crucificad junto a Él.

5. La crucifixión:
Su inmaculado Corazón no miraba la pena propia, miraba la Pasión y Muerte del Hijo tan Amado. Todas las penas de la crucifixión las sufrieron los dos. Se ofrecían dos holocaustos: el cuerpo de Jesús y el corazón de María

6. El cuerpo de Jesús es bajado de la cruz:
Al tenerlo en sus brazos, María ve de cerca la gravedad y profundidad de todas las llagas y heridas de su hijo, reavivando el dolor.

7. El entierro de Jesús:
A pesar que sabe que su Hijo va a resucitar, siente un grandísimo dolor al separarse físicamente de Él. Nuestro Señor Jesucristo dijo a María Valtorta: "pensad en mi Madre que, desde el momento que me concibió, ha sufrido pensando que era condenado, esta Madre que, cuando me ha dado el primer beso en mi cuerpo de recién nacido, ha presentido las futuras llagas de su Criatura, esta Madre que habría dado diez, cien, miles de veces su vida, con tal de impedir que, en mi vida adulta, llegara el momento de la Inmolación, esta Madre que sabía y que debía desear que se cumpliera ese tremendo acontecimiento, para aceptar la voluntad del Señor, para la gloria del Señor , por bondad, hacia la humanidad.


Que nuestra Madre del Cielo nos acompañe en cada una de nuestras batallas y nos de la fuerza para no desfalleser nunca.

"Madre mia, Que no nos Cansemos...

...¡Madre mia por ùltima vez!

¡morir antes que cansarnos!"

(Manuel Gonzales Obispo)

Defensa De la Catedral de Neuquen

viernes, 12 de septiembre de 2008

Manteneos en La Santa Tradicion

Benedicto XVI: El rito extraordinario en latín no se opone al Concilio

Afirmó a los periodistas del vuelo papal antes de aterrizar en Francia

PARÍS, viernes, 12 septiembre 2008 (ZENIT.org).- Es infundado ver en la publicación del "motu proprio" sobre el rito extraordinario de la misa en latín como se celebraba antes del Concilio Vaticano II una vuelta atrás, afirmó este viernes el Papa Benedicto XVI a los periodistas que le acompañaban durante el vuelo papal a Francia.

Como es tradicional, el Papa se acercó a los 70 periodistas que le acompañaban en el avión y respondió durante unos diez minutos a cuatro preguntas, antes de aterrizar en el aeropuerto parisino de Orly.

Liturgia

Ante la pregunta de si es un retroceso para la Iglesia la publicación del motu proprio Summorum Pontificum sobre el rito extraordinario en latín de la misa (7 de julio de 2007), el Papa explicó "es un miedo infundado, pues este motu proprio es sencillamente un acto de tolerancia, con un objetivo pastoral, para personas que han sido formadas en esta liturgia, que la aman, la conocen, y quieren vivir con esta liturgia".

"Es un pequeño grupo, pues supone una formación en latín, una formación en una cierta cultura. Pero me parece una exigencia normal de la fe y de la pastoral para un obispo de nuestra Iglesia tener amor y tolerancia por estas personas y permitirles vivir con esta liturgia", reconoció el Papa.

"No hay oposición alguna entre la liturgia renovada por el Concilio Vaticano II y esta liturgia --aclaró--. Cada día, los padres conciliares celebraron la misa según el rito antiguo y, al mismo tiempo, han concebido un desarrollo natural para la liturgia en todo este siglo, pues la liturgia es una realidad viva, que se desarrolla y que conserva en su desarrollo su identidad".

"Por tanto, hay ciertamente acentos diferentes, pero una identidad fundamental que excluye una contradicción, una oposición entre la liturgia renovada y la liturgia precedente. Creo que existe una posibilidad de enriquecimiento de las dos partes".

"Está claro que la liturgia renovada es la liturgia ordinaria de nuestro tiempo", concluyó.

Laicidad

La primera pregunta había sido sobre la laicidad. El periodista preguntó al Papa si a causa de esta visión de la separación entre la Iglesia y el Estado Francia está perdiendo su identidad cristiana.

"Me parece evidente hoy que la laicidad no está en contradicción con la fe --comenzó diciendo el Papa--. Diría incluso que es un fruto de la fe, pues la fe cristiana era, desde el inicio, una religión universal, por tanto, no se identificaba con un Estado y estaba presente en todos los Estados".

"Para los cristianos siempre estaba claro que la religión y la fe no eran políticas, sino que formaban parte de otra esfera de la vida humana", indicó. "La política, el Estado, no eran una religión sino una realidad profana con una misión específica y las dos debían estar abiertas mutuamente".

En este sentido el Papa dijo a "los cristianos de hoy, en este mundo secularizado, que es importante vivir con alegría la libertad de nuestra fe, vivir la belleza de la fe, y mostrar al mundo de hoy que es bello ser creyente, que es bello conocer a Dios, Dios con un rostro humano en Jesucristo, mostrar la posibilidad de ser creyente hoy, e incluso que es necesario para la sociedad de hoy que haya hombres que conocen a Dios y que, por tanto, puedan vivir según los grandes valores que nos ha dado y contribuir a la presencia de valores que son fundamentales para la construcción y supervivencia de nuestros Estados y sociedades".

Amigo de Francia

Otra pregunta de los periodistas permitió al Papa confesar su admiración por Francia y su cultura.

"Amo a Francia, la gran cultura francesa, sobre todo, claro está, las grandes catedrales, y también el gran arte francés, la gran teología".

Tras recordar que ha mantenido contactos con algunos de los teólogos y pensadores franceses más grandes del siglo XX, confesó que este bagaje de amistades y experiencias: "ha determinado realmente, de manera profunda, mi desarrollo personal, teológico, filosófico y humano".

Lourdes

Por último, el Papa habló del motivo central de su viaje al país, la visita a Lourdes con motivo de los 150 años de las apariciones de la Virgen María.

El día de la fiesta de santa Bernadette, la muchacha testigo de estas apariciones,"es también el día de mi nacimiento. Por este motivo, me siento muy cercano a esta pequeña santa, esta pequeña joven, pura, humilde, que habló con la Virgen".

"Encontrar esta realidad, esta presencia de la Virgen en nuestra época, ver las huellas de esta pequeña joven que era amiga de la Virgen y, por otra parte, encontrar a la Virgen, su madre, es por otra parte un acontecimiento muy importante para mí".

"Naturalmente no vamos para encontrar milagros. Yo voy a encontrar el amor de la Madre, que es la verdadera curación para todos los dolores y para ser solidario con todos los que sufren, en el amor de la Madre. Éste me parece un signo muy importante para nuestra época", aclaró.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, pidió a los periodistas que viajaban con el Papa que presentaran las preguntas por escrito. Fueron leídas en francés y el Papa respondió en este idioma.

Según ha declarado el padre Lombardi estas cuatro respuestas "han dado verdaderamente un tono, una inspiración a quienes desean seguir al Santo Padre, comprendiendo verdaderamente el espíritu de su peregrinación y de su visita a Francia".

Jean-Marie Guénois, corresponsal del diario "Le Figaro", quien se encontraba en el avión pontificio, explicaba que en su encuentro con los periodistas "el Papa parecía muy sereno y en buena forma".

martes, 9 de septiembre de 2008

El ideal de mi grupo

_NUESTRO IDEAL_

GRUPO CHRISTUS VINCIT.
"Combatir por Cristo el verdadero Rey"


Hermanos en Cristo:

Convencidos de que el deber de la hora es la reconquista de la patria, que va cayendo cada ves mas en poder de la masonería y el marxismo, Centremos nuestra cosmovisión en un conjunto de ideas perfectamente vertebradas: Dios, Iglesia, Patria, Hispanidad, Familia y Apostolado.

Tenemos que ser intelectuales en acción.

Insisto en que es preciso trabajar activamente en vez de entretenerse en estériles lamentaciones. Y no es que no vea con claridad la gravedad de la crisis , ni pretendo encubrirla con vanos y baratos optimismos.

La virtud no consiste en ignorar el vicio sino en vencerlo.


Por eso no vacilo en presentarles lo amargo de la situación: el estado, la política, la ciencia, la literatura, la familia. Todo fuera de Dios y por lo tanto, todo contra Dios. Pero constatar dicha situación y quedarse llorando resulta del todo inútil. De aquí la urgencia de **oponer una acción enérgica, en lugar de lamentarse** , aunque no lo hagan los demás , quien lo haga salvará su responsabilidad.

La doctrina social de la Iglesia no es una mera especulación cerebral sino que tiene que ser llevada a la vida, debe ser encarnada. Es menester encontrar quienes se empeñen en realizarla, ésta es la misión que nos imponemos y que trataremos de llevar hasta el fin: formarnos y formar jóvenes en la Verdadera Doctrina.

Para esto no bastará recurrir a aquel método facilongo que consiste en atraerlos limitándonos a organizar partidos de fútbol, funciones de cine, y otras diversiones, dicho recurso a la larga resultará ineficaz, por que no se tiene en cuenta el alma del joven que en el fondo no se contenta con fiestas y entretenimientos sino que busca heroísmo y misión, plasmación de ideas y consiguiente espiritualidad. Por esto aboquémonos a la formación integral de militantes, recurriendo a un sistema metodológico coherente y completo: Ejercicios espirituales, Círculos de oración, Grupos de estudios, Cursos, Conferencias, Apostolado.

Para esto utilizaremos y haremos nuestra, la consigna que el Papa Pío XI diera a los jóvenes: El objetivo es formar un grupo tan escogido como resuelto, que venga a actuar a la vez que se forma en esa acción. En la guerra un solo hombre lo es todo.

Para esto utilizaremos y haremos nuestra, la consigna que el Papa Pío XI diera a los jóvenes: Piedad, Estudio y Acción.

En esta formula veo un resumen cabal de nuestros designios no solo por lo que representan cada una de estas palabras, sino también por el orden que sugieren.
Lo primero debe ser la piedad, lo último la acción fruto de la formación. Es decir: caldear el corazón, formar la inteligencia y forjar la voluntad. Tenemos la necesidad de forjar voluntades firmes, estables, edificadas sobre piedra no sobre arena, que no se dejen abatir por el cansancio o las contrariedades. Hay que empezar por renunciar a pequeños caprichos y placeres. Poco a poco lograremos una voluntad fuerte y con la Gracia de Dios llegaremos a cierta perfección. La carne sometida al espíritu el espíritu solo a Dios. Esta es la dependencia que debe existir en el joven católico de Acción. **conquístate a ti; luego conquistaras a los demás** . En fin una Piedad que , volviendo a la orientación de la Iglesia, escoja para la vida espiritual los actos mas vitales de nuestra religión: misa, comunión, meditación, apartándose o dejando en segundo termino tantas devociones bobas que a nada conducen.

Una Piedad intensa que no se conforme con medianías, sino que, recordando la frase del Evangelio:
**Sed perfectos como el Padre que está en los cielos** comprenda que la vida del cristiano es un continuo asenso hacia una meta altísima: La perfección del mismo Dios. Por eso no nos tenemos que asustar cuando hablamos de Comunión diaria, meditación, etc. Una Piedad, en fin viril, que no retroceda ante el respeto humano, ante la sonrisa escéptica del enemigo, ni ante la presión de cualquier autoridad, por alta que esté, recordando la frase del apóstol de las vehemencias (S. Pablo): *Se ha de obedecer a Dios antes que a los hombres*

Debemos despertar el afán de saber, el ansia de estudiar, pero juntamente acostumbrarnos a disciplinar nuestra inteligencia, sometiéndola humildemente a las normas de la Iglesia. Sabemos que una buena formación intelectual no consiste en saber muchas cosas sino en conocer bien las verdaderas; conocimiento exacto de nuestra religión, tan olvidada de todos y defensa de ella en la apologética.

La Piedad , la formación. Pero esto no es suficiente. Se requiere en nosotros si aspiramos a ser dirigentes (en cualquier ámbito de la sociedad) que nos volquemos a la acción.
La Acción deberá subordinarse a la Piedad y a la Formación solo así se evitara el peligro de caer en el * activismo *.

Piedad, Formación, Acción: he aquí el trípode sobre el que reposa la formación del militante católico . Si así nos preparamos llegaremos a ser dirigentes, no debiendo buscar el triunfo sino el combate, que es lo que está a nuestro alcance, por que al fin Dios no nos premiará por nuestro éxitos sino por nuestras fatigas.


Animo, sabemos que llegaremos a buen Puerto por que:

-CHRISTUS VINCIT – CHRISTUS REGNAT
– CHRISTUS IMPERAT -

'La Realeza de Nuestro Señor Jesucristo'

'La Realeza de Nuestro Señor Jesucristo'

La encíclica Quas Primas promulgada por el Papa Pío XI hace más de 80 años, es la base para entender la doctrina de la Realeza de Jesucristo. En ella describe el Papa los grandes males modernos, los enemigos de la Iglesia y los amargos frutos que de ellos se siguen. Porque del rechazo de Jesucristo, tanto de la vida pública como privada, y del intento de establecer una paz internacional a espaldas del Salvador, del laicismo integral y la apostasía generalizada, se siguen la codicia, la discordia, el egoísmo, la desmembración de la familia, las herejías, el cansancio de los buenos y el acostumbramiento al mal.

Pero estos males, estos enemigos y estos amargos frutos no deben hacernos perder la esperanza pues:

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Hay una doctrina, la de la Realeza de Jesucristo, que está cifrada en aquella vieja canción que dice: “a Dios queremos en la enseñanza, en la familia, en la costumbres, Dios en el pueblo, Dios en la ley”;
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Hay un amor, el amor a la Cruz, a cuyos maderos hay que ceñirse desprendiéndose de uno mismo y de los bienes huidizos, pasajeros y fluctuantes. La Cruz en la que ha triunfado Cristo y ha sido derrotada la muerte;
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Y hay un combate dirigido contra los criminales propósitos del laicismo y la audacia temeraria de los apóstatas. Un combate a librar resistiendo y resistiendo sin jamás ceder ni rendirse; una lucha que vuelve al bautizado arma de justicia para Dios.


Quas Primas resulta además una encíclica profética. En efecto, los apóstatas están hoy dentro de la Iglesia, falsos cultos se homologan con el verdadero, una religiosidad inmanentista, fenomenológica y sentimentalista es la que prevalece, Cristo ha sido destronado y los hijos de la oscuridad se mueven con soltura en lo que parece ser el reino de Satanás. Todo está dicho y profetizado en esta encíclica. Por eso, es un apocamiento, una miopía, explicar los males del mundo moderno con eufemismos, con efugios, con diagnósticos psicológicos, con opiniones periodísticas, por no atreverse a decir nunca lo único que hay que decir: ¡Cristo ha sido destronado! Por eso entonces hay que predicar una nueva cruzada por el honor de Cristo Rey, hasta que todos sus enemigos sean sometidos bajo sus pies. Porque Él es Rey de los espacios y de los tiempos y Su Realeza va desde la ciudad terrena a la Jerusalén Celestial.
Para que lo escuchen los argentinos todos, por segunda y por tercera y por enésima vez, es que repetimos este santo grito: ¡Dios no ha muerto! ¡Dios no muere! ¡Viva Cristo Rey!

Lo que la Iglecia Nesecita

No lamentos, sino acción...

No lamentos, acción es la consigna de la hora; no lamentos de lo que es o de lo que fue, sino reconstrucción de lo que surgirá y debe surgir para bien de la sociedad.

Animados por un entusiasmo de cruzados, a los mejores y más selectos miembros de la cristiandad toca reunirse en el espíritu de verdad, de justicia y de amor al grito de "¡Dios lo quiere!", dispuestos a servir, a sacrificarse, como los antiguos cruzados. Si entonces se trataba de liberar la tierra santificada por la vida del Verbo de Dios encarnado, se trata hoy, si podemos expresarnos así, de una nueva expedición para liberar, superando el mar de los errores del día y de la época, la tierra santa espiritual, destinada a ser la base y el fundamento de normas y leyes inmutables para construcciones sociales de sólida consistencia interior.

Vosotros, cruzados voluntarios de una nueva y noble sociedad, alzad el nuevo lábaro de la regeneración moral y cristiana, declarad la lucha a las tinieblas de la apostasía de Dios, a la frialdad de la discordia fraterna; una lucha en nombre de una humanidad gravemente enferma y que hay que sanar en nombre de la conciencia cristianamente levantada.

Nuestra bendición y nuestro paterno auspicio y aliento acompañe a vuestra generosa empresa y permanezca con todos cuantos no rehúyen los duros sacrificios, armas mucho más poderosas que el hierro para combatir el mal que sufre la sociedad. Sobre vuestra cruzada por un ideal social, humano y cristiano, resplandezca consoladora e incitante la estrella que brilla sobre la cueva de Belén, lucero anunciador y perenne de la era cristiana. De su vista ha sacado, saca y sacará fuerzas todo corazón fiel: «Aunque acampe contra mí un ejército..., estoy tranquilo» (Sal 27 [26], 3). Donde esta estrella resplandezca, allí está Cristo: «Ipso ducente, non errabimus; per ipsum ad ipsum eamus ut cum nato hodie puero in perpetuum gaudeamus» («Bajo su dirección no nos extraviaremos: por medio de él vayamos a él, para regocijarnos eternamente con el niño nacido hoy» (San Agustín, Serm. 189, 4: PL 38, 1007).).”

RADIOMENSAJE DE NAVIDAD DE SU SANTIDAD PÍO XI

24 diciembre de 1942